Cloacas

La frecuencia con la que se obstruyen las redes cloacales se debe al mal uso del sistema por parte de los ciudadanos. Esta situación -recurrente- genera preocupación en los organismos, vinculados con el tema, que insisten en la necesidad de generar conciencia para preservar la higiene y la salud pública. 

El insistente llamado de los vecina las concesionarias os a raíz de desbordes y obstrucciones en las bocas de registros y cañerías moviliza al Ente Provincial Regulador de Agua y Cloacas a concientizar mediante capacitaciones en instituciones educativas, comisiones vecinales y organizaciones, como así también enciende una luz de alerta por la necesidad de un cambio de hábitos que mejore la convivencia con el ambiente y garantice una buena calidad de vida a la familias.

Una enorme cantidad de desperdicios, entre los que sobresalen cables, trapos, medias, plásticos, bolsas que se combinan con el papel higiénico y forman enormes bolas si son arrojados a la red impiden el normal funcionamiento. Como las conexiones están diseñadas y construidas para permitir solamente el paso de líquidos y desechos, los productos de origen industrial generan ácido y dañan gravemente las cañerías.

La educación es uno de los grandes retos que debemos afrontar y que el cambio cultural no será producido de la noche a la noche. No obstante, todo comienza por la casa. “Cuando arrojamos cualquier tipo de elemento al inodoro, aceite en la bacha de la cocina, restos de alimentos, plásticos, botellas, y todo tipo de elementos seguro en algún momento va a taparse la cloaca”.

La red  está formada por un sistema de cañerías donde son trasladados los desagües cloacales domiciliarios y derivados hacia las plantas depuradoras donde reciben tratamiento. Como el traslado de los desechos se realiza por pendiente tampoco está permitido conectar los desagües pluviales a la red cloacal porque provoca anegamiento, esto se evidencia cuando se registran precipitaciones.

Esto ocurre porque la capacidad de conducción de las cañerías cloacales se satura debido a que no están dimensionadas para recibir agua de lluvia que es hasta diez veces más que las descargas domiciliarias, y se provocan desbordes a través de las bocas de registro. A esto se suman los taponamientos por objetos que son arrojados al sistema y que empeoran aún más el panorama.

Sólo deben arrojarse al sistema de desagüe cloacal domiciliario los líquidos provenientes de artefactos sanitarios o excretas, el agua del lavado de prendas e higiene personal, el agua producto del lavado de alimentos, de la preparación de comidas y el agua del enjuague de vajilla. No desechar en el sistema de desagües elementos sólidos que dañan las paredes de las cañerías cloacales como comestibles, grasas y aceites que son vertidos normalmente con la limpieza de los platos y cubiertos. Y también elementos como yerba, fósforos, té o café.

Usemos la red cloacal con responsabilidad, no arrojemos al inodoro preservativos, toallitas femeninas. No tirar trapos, grasa, aceite en las piletas de lavar platos. No lavar los elementos de construcción que contienen restos de cemento, arena, piedra en las rejillas de los platos porque se van acumulando y significan un grave perjuicio para los propios vecinos.

El servicio de cloacas constituye una herramienta indispensable para la calidad de vida de la población. Su uso correcto y su preservación, permiten prolongar y garantizar la vida útil de las instalaciones. El uso adecuado de los desagües cloacales domiciliarios contribuye al mantenimiento de la higiene y de la salud pública. Para evitar taponamientos y obstrucciones que provoquen desbordes cloacales es fundamental adoptar una conducta ejemplar en la utilización de este servicio.